Terapeuta respiratoria cartaginesa en el CEACO «Lo más duro ha sido ver morir a una familia de 4 miembros»
Carolina Carranza, vecina de Cartago ve día a día lo más terrible que causa el virus del Covid-19 a los costarricenses. Esta terapeuta respiratoria se encuentra en la primera línea de acción desde el inicio de la pandemia en el Centro Especializado de Atención de Pacientes con COVID-19 (CEACO).
Su función estar con los pacientes dentro de los cubículos de este centro, donde todos los días llegan pacientes graves por complicaciones respiratorias generadas por este virus mortal.
«Trabajo directamente con los pacientes que dependen de respiradores mecánicos y con otros dispositivos médicos que suministran oxígeno a las personas con complicaciones», indicó.
Por estas funciones que desempeña con valentía en el CEACO, indica que tiene una probabilidad muy alta de contagiarse de este virus.
Sin embargo, el pasado lunes 28 de diciembre se convirtió en una de las primeras personas que forman parte del equipo médico de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), en recibir la vacuna de Pfizer-Biotech, contra el Covid-19.
«Para mí, el ser una de las primeras personas en ser vacunadas en Costa Rica es un privilegio y un orgullo, ya que tenemos uno de los sistemas de salud más completos del mundo. Estoy muy orgullosa de trabajar para la CCSS que cuida a todo su personal de este virus», agregó emocionada.
«El papá murió ignorando que su esposa e hijos ya habían muerto»
Según nos cuenta Carolina, su trabajo en estos nueve meses de la pandemia ha sido muy difícil, debido a la gran cantidad de gente que ha perdido la vida a causa del virus del Covid-19.
Y es que al preguntarle cuales han sido los momentos más duros que le ha tocado vivir en este centro, es imposible no escuchar su voz quebrándose, al recordar varios eventos que han marcado su trabajo en los últimos meses.
«Una de las cosas más duras que me ha tocado vivir durante esta pandemia es ver morir a cuatro miembros de una misma familia, el papá, su mamá 1 hijo y una hija murieron en cuestión de días de estar internados en el CEACO», nos contó visiblemente afectada ante tal acontecimiento.
«El papá murió ignorando que su esposa e hijos ya habían muerto», agregó.
Carolina nos dice que otra de las cosas más difíciles de sobrellevar, es el encariñarse con ciertos pacientes, ya que algunos se parecen a gente muy cercana como sus padres o abuelitos.
Nos cuenta otra historia que la marcó, la de un adulto mayor de Cartago con quien llegó a tener mucha cercanía, ya que lo recibió desde el momento en que ingresó al CEACO y desde ese momento él le indicó que tenía mucho miedo de morirse.
«Él tenía mucho miedo de morirse, durante su internamiento en el CEACO deseaba mucho poder ver a su hija y a su nieta, y lamentablemente no lo pudo hacer ya que falleció», señaló.
Para esta cartaginesa es muy duro ver a la gente morir, ya que en la mayoría de ocasiones las muertes son muy horribles. Por esta razón es que no entiende cómo la gente no hace caso.
«La gente no quiere enfermarse, pero no hace nada para evitarlo»
Carolina nos cuenta que el 24 de diciembre, en vísperas de la navidad, murieron muchas pacientes que estaban internados en el CEACO.
«Es muy cruel ver a la gente morir así, pero a la vez uno se pregunta ¿Qué es lo que la gente quiere? ya que no quieren guardar la distancia, rompen sus burbujas sociales y no quieren más medidas restrictivas».
De la misma manera en que nos dice esto, nos cuenta que aunque Costa Rica sea uno de los primeros países en aplicar la vacuna, ésta no será la solución definitiva ante este mortal virus.
«La vacuna no es la solución. No es que se van a poner la vacuna y ya vamos a andar sin mascarilla. Como cualquier otra vacuna te protege si el virus llega a tu organismo para que no vaya a tener un impacto tan grande, pero esto no te exime de contagiar y transmitir», agregó.
Carolina nos dice que es muy importante redoblar las medidas sanitarias y aplicar los protocolos establecidos, para no tener que llegar a estar internado a causa de este virus.
«Es demasiada la impotencia de querer hacer algo por una persona que se encuentra grave por Covid-19, saber que estas haciendo todo lo humanamente posible por salvar una vida, es ahí donde muchas veces nos entra la frustración y la desesperanza» finalizó.