Pequeña escuela en Cipreses de Oreamuno llega a los 100 años

Construida en 1918, la Escuela de Cipreses de Oreamuno en Cartago llegó a su cumpleaños número 100, en los registros sobre sus orígenes se consigna que, ante la imperiosa necesidad de contar con una escuela, los vecinos de esta localidad se organizaron para buscar primeramente un terreno. Fue así que lograron que Nicolás Granados les vendiera un pequeño lote por la suma de ₡20.

Ese mismo año de 1918, Juan Brenes, el único carpintero del lugar, se encargó de la construcción de la primera aula. Era de madera, techo de zinc y piso de tierra y en vez de pupitres individuales, los primeros alumnos compartían largas bancas para recibir lecciones.

Años después, ante el crecimiento de la población estudiantil, la comunidad volvió a tomar cartas en el asunto para gestionar la construcción de dos nuevas aulas, que aún persisten en la actualidad.

En sus inicios se llamó Escuela Mixta de Cipreses y se dividía en turnos para hombres y para mujeres. A partir de un decreto ejecutivo, todas las escuelas públicas fueran mixtas y desde entonces se llama simplemente Escuela de Cipreses.

“¿Qué representa esta escuela para la comunidad de Cipreses de Oreamuno?”, le preguntó un periodista a Yendly López, maestra de primer y segundo ciclo de este pequeño centro educativo que esta semana cumple 100 años de haber sido fundada.

Pero las opciones entonces eran limitadas. Jorge Coto Vega, ex alumno, relata en uno de los documentos que conserva la escuela, que los estudiantes cursaban apenas hasta cuarto grado. “El que podía seguir estudiando para concluir la primaria debía ir a Pacayas, Cervantes o San Rafael, donde si daban quinto y sexto”, recuerda.

Testimonia que “Los niños en ese entonces procedían en su mayoría de hogares muy humildes, casi todos eran descalzos, con la ropa remendada”. Recibían lecciones de 7 a.m. a 10 a.m, los de primero y segundo, y de 11 a.m. a 2 p.m. los de tercero y cuarto.

“Algunos alumnos apenas sabían poner el nombre, sumar y restar. Los padres sacaban a sus hijos de la escuela para que ayudaran en el trabajo ya que había mucha pobreza y para algunos estudiar era un lujo que no se podía permitir”, narra.

“Aprovechaban al máximo los cuadernos. Si a alguno se le acababa los maestros les pedían hojas a los que tenían más recursos. Vieras que en ese entonces los maestros eran muy estrictos en cuanto a la disciplina pero eran muy buenos educadores”, agrega Coto en la entrevista que conserva la escuela.

La herencia de la Escuela de Cipreses se ha mantenido a lo largo de los años. La vocación, entrega y amor a la educación de sus 31 docentes aún sigue incólume.

A pesar del llamado a huelga convocada por los sindicatos del sector educación, la escuela fue uno de los pocos centros educativos que no se unió al movimiento. El 100% del personal continuó dando lecciones normalmente y se prepara para el cierre del curso lectivo la segunda semana de diciembre.

Ministro Edgar Mora visitó la pequeña escuela

El ministro de Educación, Edgar Mora Altamirano, visitó este miércoles en horas de la mañana la Escuela para compartir con los estudiantes, el personal docente y administrativo de este pequeño centro educativo de un distrito en la que su economía se basa en productos hortícolas.

“La escuela existió primero en la ilusión y convicción de los vecinos de Cipreses que constantemente vieron la necesidad de tener un centro educativo. Y ese es el producto de la convicción comunitaria, un producto directo de la conciencia de las y los costarricenses de la importancia de la educación”, les dijo el  Ministro de Educación, Edgar Mora a los estudiantes, maestras, personal y vecinos de la comunidad que participaron de las actividades.

Y agregó: “No fue que hace 100 años un Ministro, un Secretario de Educación (como se decía en aquella época), un Diputado o el Presidente de la República, se dedicaron a planificar la Escuela de Cipreses. Lo hizo la comunidad y le dio la oportunidad al Gobierno para administrarla y llevarla con éxito”, exclamó.

En el pequeño centro educativo la comunidad estudiantil no supera los 350. Trabajan 31 funcionarios entre docentes y personal administrativo que a pesar del llamado a huelga continuó dando lecciones normalmente y se prepara para el cierre del curso lectivo la segunda semana de diciembre.

En un emotivo acto, el ministro de Educación, Edgar Mora Altamirano, se unió este miércoles a la conmemoración del centenario junto a sus estudiantes, personal docente y administrativo.

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