Cartagines 2022: El Campeonato de los abuelos y de los que ya no están

Desde mediados de 2013 perdí la chispa de aficionado, la decepción de que el Cartaginés perdiera el campeonato en ronda de penales ante su más acérrimo rival el Herediano, me dejó un sinsabor que perduró muchos años.

Lo acepto, no he sido buen aficionado al fútbol, porque el buen seguidor de un equipo está con él en las buenas y las malas.

Al igual que muchos de ustedes que están leyendo esto, mi afición por el cartaginés me la transmitió una de las personas que más amo en mi vida. Para mi caso, fue mi abuelo Manuel.

De los recuerdos más lindos de mi infancia son los de mi abuelo o “papi” (como siempre le he dicho), llevándome al Estadio “Fello” Meza a ver al cartaginés.

En esos recuerdos inolvidables con mi abuelo, está el ser testigo directo del histórico partido contra Vélez Sarfield de Argentina por la Copa Interamericana en 1996, cuando tenía apenas 9 años.

Dentro de ese amor que me inculcó por la camiseta blanquiazul, “Papi” siempre me contó historias de grandes jugadores como Leonel Hernández y Wally Vaughns, y de cómo en varias ocasiones Cartago perdió finales por culpa de errores arbitrales.

Esas historias, ya forman parte de la idiosincrasia cartaginesa, pues quien no ha escuchado las historias del famoso “Ballet Azul” que deleitó a los aficionados en la década de los 60’s, por parte de nuestros padres y abuelos.

Y con estas historias, se ha transmitido la pasión por el equipo de generación en generación por más de 81 años, de esos leales aficionados que año a año, campeonato tras campeonato, soñaban con esa cuarta Estrella en el escudo cartaginés.

En estos 81 años y 5 meses, muchos aficionados murieron con la gran ilusión de volver a ver al equipo de sus amores coronado como máximo monarca del fútbol nacional.

Se me quiebra la voz al ver los videos y publicaciones en redes sociales, de aficionados dedicando este campeonato a los que ya no están, recalcando lo felices que hubiesen sido celebrando esa copa.

Ayer no solo se celebró un campeonato de fútbol, sino también la ilusión de un pueblo que aguardó más de 8 décadas para volver a celebrar. Y también, la memoria de esos miles de aficionados, que aunque ya no están físicamente, nunca perdieron la fe en su equipo.

Cuando el árbitro pitó el final del partido, con lágrimas en los ojos y las emociones al mil, lo único que hice fue buscar a papi y abrazarlo, porque desde niño siempre supe que esa era una de sus mayores ilusiones.

“Ya me puedo morir tranquilo, porque ví a Cartago Campeón”, me dijo papi a sus casi 81 años.

Este campeonato del Cartaginés es una alegría para todos sus aficionados, pero en especial para nuestros abuelos y los que ya no están

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