Bajo el azul de tu cielo brille hermosa la paz
Por Kenneth Carpio/Sociologo
Apreciado lector, el título del nublado del día de hoy posiblemente además de sonoro a la vez le resulte disonante, no importa si usted es costarricense o nicaragüense, quizás algo le sonó extraño. Es lo normal, el cerebro humano está avituallado a la identificación de patrones preexistentes en nuestra memoria, es así como “Bajo el azul de tu cielo brille hermosa la paz” nos suena parecido al himno nacional de Costa Rica o al de Nicaragua según sea el caso, pues es una frase que construí combinando estrofas de ambas letras.
Los himnos coinciden prácticamente de lo mismo, hablan de la protección de la patria, del llamado a la paz y la evocación de la prosperidad, y aunque hacen referencia a la defensa de la soberanía en general son himnos que no podríamos catalogar de belicosos. Creo que ningún particular de alguno de los dos países puede estar en contra del contenido del mensaje del himno del otro, entonces, ante la iniciativa de que se cante el Himno Nacional de Nicaragua en las escuelas costarricenses el día 30 de septiembre, qué es lo que podríamos reflexionar sobre las opiniones al respecto.
He identificado algunos grupos de opinión, existen costarricenses a los cuales el tema le da igual, pero no es de extrañar pues en la mayoría de los casos se refiere a esos connacionales que muestran indiferencia ante la política, el civismos, el folklore nacional y casi cualquier otro elemento integrador de la identidad costarricenses. Una actitud algo arribista y que cada vez vemos con mayor facilidad en el país, pero sobre estos sujetos sociales reflexionaremos en otro momento, por ahora constatamos su existencia.
Hay otro grupo de costarricenses que ha mostrado una gran indignación, estos abarcan un largo espectro que va desde un sano fervor patrio a un vicioso chovinismo nacionalista. Cantar el Himno Nacional en las escuelas y educar sobre el significado de otros símbolos patrios tiene como objetivo crear un imaginario colectivo Estado – Nación, lo que en la tradición de pensamiento materialista histórico se conoce como “aparato ideológico de Estado”. Su función es la creación de la idea superior de identidad, en consecuencia la introducción de elementos ajenos como el himno nacional de otro país genera una reacción adversa en la lógica de la superestructura de comunidad imaginada. Este sería el proceso que tanto molesta a este grupo de opositores a la iniciativa.
Otros son los que están preocupados y se oponen por razones políticas, dado que la iniciativa coincide en tiempo con la reciente salida del Presidente Solís junto con algunos países entre los cuales figuró Nicaragua, durante el discurso del nuevo Presidente de Brasil en las Naciones Unidas. Hablan estos de que Costa Rica se está alineando con el bloque bolivariano y que estamos siguiendo la línea ideológica del Presidente Ortega. Es una preocupación en torno a la invasión o influencia nicaragüense en la política nacional.
También existen los que han visto la iniciativa de buena manera e incluso hay quienes consideran que deberíamos cantar más himnos de otros países. Estos costarricenses no se sienten interpelados con la introducción de un elemento de esta naturaleza, lo ven como recurso educativo o como estrategia de cohesión social.
Al final lo que tenemos son tres posibles posiciones motivadas por múltiples razones, están a quienes les parece bien, a quienes les parece mal y a los que les da igual. Que los niños en las escuelas costarricenses canten el Himno de Nicaragua ha sido un tema que ha removido muchos elementos integradores de la identidad nacional, hemos podido ver gran diversidad de opiniones y sobre todo pasiones, es un tema nublado del día que tenemos que ver cómo se terminará de aclarar.