Todo lo que debe saber si tiene problemas de deudas y cobros judiciales

Todas las personas, o por lo menos la mayoría, hemos requerido alguna vez de dinero prestado para construir una casa, estudiar una carrera universitaria, comprar un carro, establecer un negocio, atender una enfermedad, entre otros. Es decir, hemos requerido de financiamiento para echar andar proyectos personales o familiares, sea para cumplir sueños o simplemente enfrentar necesidades.

Sin embargo, el financiamiento tiene dos caras, una es la del acreedor y otra es la del deudor. Mientras el segundo cumpla al primero en el plazo y condiciones acordadas en cuanto a la devolución del dinero que fue dado en préstamo, no habrá problemas; pero cuando esto no es así, el conflicto surge, y dependiendo de las circunstancias, el acreedor y el deudor podrán ser vencedor o vencido, según el caso.

Lo anterior nos obliga a tratar el presente tema desde dos perspectivas. En primer lugar, si observamos la situación descrita desde la perspectiva del acreedor, sea este un banco, una financiera, una cooperativa de ahorro y crédito, una caja de ahorro, una asociación solidarista o simplemente una persona que es prestamista; nos damos cuenta que el interés principal es recuperar el dinero prestado en el menor tiempo posible y ojalá con los intereses que ganó.

En el caso del deudor, si tiene interés real de devolver lo que adeuda, por lo tanto, en cumplir con su obligación dineraria, sea para proteger su perfil de crédito y/o para hacer respetar su nombre y su honor, procurará cumplir con lo que debe de la mejor manera.

En una situación de morosidad, si hay buena fe entre el acreedor y el deudor y si las reglas por las que se rige el contrato de préstamo mercantil lo permite, existe el chance de que se logre un arreglo de pago, sea extendiendo plazos, reduciendo o condonando intereses o aceptando la entrega de una cosa o bien como dación en pago.

Sin embargo, cuando un deudor cae en mora por falta de pago con su acreedor, y por temor, ignorancia, incapacidad o simple deseo de incumplir, no llega a ningún arreglo; el deudor se verá expuesto a gestiones de cobro administrativas y judiciales.

Las consecuencias del cobro administrativo y judicial no sólo implican estrés o preocupación, sino qué dependiendo de cada caso, el patrimonio que con tanto trabajo y esfuerzo construye una persona, se puede ver expuesto a desaparecer, sea porque se embargan salarios, cuentas bancarias u otros tipos de valores, se rematan casas y carros, hasta el punto de poder “quedar en la calle” como popularmente se dice.

El deudor debe saber que tiene que ser responsable en cuánto y por qué se endeuda, para saber que podrá hacer frente a sus obligaciones, y el acreedor, debe saber qué para poder recuperar un crédito en mora, debe de manera previa a prestar dinero, respaldarse con las garantías adecuadas y en caso de tener que llevar a un deudor moroso a cobro judicial, hacerse asesorar de un experto en la materia.

José Manuel Chaves Redondo

Abogado Litigante, especialista en Derecho de la Empresa.

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