Correr para vivir: Crónica de una carrera de 100 km (I Parte)

Fernando Fernández es periodista pensionado y corredor desde 1984.
Fernando Fernández es periodista pensionado y corredor desde 1984.

Si bien el maratón (42.195 metros) es considerado como una carrera de fondo, en realidad existen pruebas de 100 kilómetros (ultra maratón) y hasta de 240kilómetros (incluso en zonas desérticas o montañosas).

El Ultra Trail de Monr Blanc, es un ultramaratón de montaña que se celebra una vez al año, durante el mes de agosto, en la cordillera de los Alpes atravesando tres países: Suiza, Francia e Italia. Está considerada la carrera de trail running más prestigiosa de Europa con un recorrido de 166 kilómetros y un desnivel total de 9.500 metros.

El Maratón Des Sables, por otra parte, consta de 240 kilómetros del desierto del Sáhara y se corre durante seis días, con etapas que oscilan entre 20 y 80 kilómetros. Además, los competidores deben soportar temperaturas que en algunas zonas alcanzan los 50 grados y llevar a cuestas el equipo, la comida y todo lo imprescindible para la prueba.

Los entrenamientos para correr estas competencias pueden oscilar entre cuatro y ocho meses, según sea la distancia.

Aquí, en Costa Rica, se corrió, por algunas ediciones, la ULTRAMARATON de Guápiles. En 1996, me atreví a correrla: 100 kilómetros sin parar… solo en la mente de un loco.

Recuerdo, como si hubiese sido ayer, que llegamos al Hotel Suerre, en Guápiles, un viernes por la tarde. Allí nos concentraron a los 13 participantes y dio la casualidad de que compartí la habitación nada menos que con Elberth González, ganador indiscutible de los tres ultramaratones que se habían efectuado entre San José y Puntarenas.

Me miró, un par de horas antes del arranque de la prueba, y me dijo que no le siguiera el paso porque me iba a fundir. Y yo le repliqué que podía estar tranquilo, que yo iba a salir de último y pensaba terminar la prueba sin hacerme ninguna expectativa.

Antes cientos de guapileños que se dieron cita a la una de la mañana de ese sábado en el centro de la comunidad, entonamos el himno nacional y escuchamos el pistoletazo de salida.

Más de cinco meses de entrenamiento para la prueba. Sacrificios en las madrugadas, escalando montañas y devorando asfalto en sesiones de hasta siete u ocho horas (50 o 60 kilómetros).

Miré a Elberth, sonreímos y lo vi perderse adelante seguido de un grupo de cinco o seis corredores, incluyendo un norteamericano que vino de Nueva York para derrotar a González. Tal y como le dije a Elberth, salí de último aunque luego iría rebasando a varios competidores, a lo largo de los cien kilómetros…

(continuará)

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