¿Bienestar Animal o estrategia imán de los candidatos a la Alcaldía Cartaginesa?

Por: María Fernanda Obando Sánchez

Especialista en Bienestar Animal, Medio Ambiente y Antropología.

El motivo de ésta publicación es en respuesta al artículo publicado por el candidato a la alcaldía por el partido Liberación Nacional. Llama poderosamente la atención que haya una insistencia agotadora por mencionar estadísticas, como si de objetos se tratara. 

Los animales acogidos, si se le puede llamar de esta manera al proceso de recolección de animales de la calle adoptado por el Centro Municipal para el Cuido Animal, no pueden emplearse como una estrategia imán para atraer potenciales votantes.

Si bien es cierto las estrategias de control reproductivo contribuyen a la no proliferación de los perros de Cartago (no se toman en cuenta los gatos), es más bien una medida paliativa ante una situación que requiere de esfuerzos enérgicos por ser un municipio ejemplar a nivel país. Una de las situaciones más preocupantes y que expuse a otro candidato a la alcaldía que tuvo apertura a escuchar retroalimentación en la temática, es el trato recibido por los animales en el Centro.

Las investigaciones recientes de centros de especializados en Bienestar Animal, como el Jeanne Marchig International Centre for Animal Welfare Education, revelan la importancia de un Bienestar Animal Integral y Positivo, esto es que los animales gocen de las condiciones necesarias para vivir bien, funcionar bien y sentirse bien. Desafortunadamente en el Centro Municipal para la Educación y el Cuido Animal, parece haber un desconocimiento grande en la materia.

No se trata de mostrar lo mejor de los animales en las ferias de adopción y postear en redes sociales las mejores fotografías, se trata de que los animales en el proceso de transición mientras son adoptados, cuenten con las condiciones apropiadas que les garanticen bienestar emocional.

En las impresionantes estadísticas del artículo no hay detalles de cuántas adopciones resultan exitosas, dentro de las principales causas de abandono de perros provenientes de refugios se encuentran conductas indeseadas tales como intentos de escape, mordisqueos y conductas agresivas.

En un lugar donde los animales desarrollan estereotipias, es decir, conductas repetitivas tales como morder las mallas de las jaulas o girar de forma repetitiva sobre sí mismos por los evidentes niveles de ansiedad, no puede hablarse de “cuido animal”. 

Si el próximo alcalde va a jactarse de contar con un centro especializado en cuido animal, más vale contar con personal capacitado. Como indiqué en su momento, en una de las provincias con mayor índice de maltrato animal en el país, no se puede esperar a que las personas busquen al CMECA para educarse en Bienestar Animal.

Se requiere voluntad de acción para llegar a las zonas rurales de la provincia, donde se observan mayores casos de ensañamiento contra los animales. Se requiere de mucho más que baños, vacunación, castración y paseos, como se mencionan en algunos  contenidos educativos que brinda el centro a sus asistentes.

El aporte desde otras disciplinas puede contribuir a enriquecer los procesos didácticos en la temática, de manera que se generen conocimientos que lleguen a todos los sectores educativos de la provincia. Para lograrlo se requiere horizontalidad en la gestión de la alcaldía y del centro mismo.

Cuando entendamos a los animales como seres sintientes, capaces de desarrollar emociones complejas y no como meras estadísticas para obtener votos o inflar un currículo, podremos hablar de un centro que educa y cuida a sus animales, de lo contrario se convierte más bien en un lugar en el cual ningún animal que tuviera libertad de elección, buscaría llegar.

Los animales de la provincia no son números para atraer votantes, sus vidas cuentan igualmente y para hablar de sociedades justas y equilibradas se necesitan ciudadanos que entiendan mejor sus necesidades y políticos verdaderamente comprometidos.

Los datos revelados son aptos para quienes toman como única la palabra de sus líderes políticos y asienten con la cabeza sin cuestionar, pero no para los que deseamos ver cambios sustantivos en la materia y no nos conformamos con palabrería.

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